¿Quién no quiere tener en su equipo al jugador que anota más goles por partido o por temporada? La cantidad de goles anotados es uno de los KPIs más importantes en el desempeño del jugador de fútbol soccer. Pero ¿qué hay del que da el pase para meter gol? Muchas veces un buen pase representa toda la ventaja para anotar, o como dicen muchos: la asistencia llega a ser medio gol.
Por cierto, la FIFA no adoptó esta estadística, la de asistencias, en sus campeonatos mundiales hasta 1994, aunque en Estados Unidos se viene registrando desde mucho tiempo atrás y también en otros deportes como el basquetbol y el hockey. El mejor en esta disciplina durante el 2021 y empatado durante el 2020 contando sólo las mejores ligas del mundo (según Transfermarket): Thomas Müller del Bayern Munich… ¿el mejor de todos los tiempos? ¡Lionel Messi!
Hay otras estadísticas individuales no tan conocidas por nosotros los espectadores. Estadísticas que les sirven a los fanáticos de ligas de fantasía para pronosticar y apostar, o a los equipos para reclutar. Por ejemplo, en el futbol americano de fantasía se mide el WOPR (Weighted Opportunity Rating) para los receptores. El WOPR mide la cantidad de veces que el balón es lanzado al jugador en proporción de los pases totales del equipo, sin importar que se concrete la recepción. ¿Por qué si lo que queremos son pases completos? Resulta que este indicador ayuda a entender qué tan involucrado estuvo el jugador en el juego ofensivo del equipo, y qué tan probable es que pueda recibir y ganar yardas en el futuro cercano.
De hecho, la NFL utiliza tecnología de chips en las hombreras de los jugadores y de los balones para medir lo que llama estadísticas de siguiente generación o NGS (Next Gen Stats). Una que personalmente me gusta mucho se llama YAC, yardas después de la recepción (Yards After Catch). La NFL reporta el promedio de yardas por recepción que pudo avanzar, o retroceder, el jugador una vez atrapado el balón. Y también lo compara con lo esperado basado en el tipo de pase y la defensa alrededor del mismo. Este último número nos habla de la habilidad del receptor para correr el balón o librarse de tacleadas, y ganar yardas adicionales para el equipo. Y no siempre el receptor con más yardas en la temporada es quien mejor corrió el balón una vez atrapado…
Otras estadísticas interesantes incluyen el tiempo para pasar el balón, la agresividad de la jugada (en cuanto al riesgo para intentar un pase), el jugador más veloz con el balón, etc. Puedes consultar la lista en https://nextgenstats.nfl.com/glossary .
En el ambiente laboral es frecuente reconocer a colaboradores que presentan grandes proyectos de 6σ que han resuelto problemas de calidad complejos y que ahorran miles de pesos a la organización. Se requieren habilidades, conocimientos y disciplina para ello. En la misma medida debemos reconocer al personal que implementa trabajo estandarizado, control estadístico de proceso y que trabaja con el entrenamiento y motivación del personal para prevenir esos problemas complejos de calidad, ahorrando también mucho dinero.
Siempre decimos que lo que se mide, mejora. Dave Cote, Chairman de Vertiv y antiguo Chairman de Honeywell, prefiere decir que lo que se mide hará que el KPI mejore, no necesariamente que el desempeño se vea impactado. Y esto es porque la gente aprende a ajustar, a medir diferente, a redefinir, a “jugar” con el indicador. Sugiere entonces establecer un sistema de auditorías que verifique la consistencia en medición y reporte de los KPIs.
Nuestras recompensas no contribuyen tampoco al mejor desempeño o comportamiento. El mismo Cote dice que “una de las más valiosas, pero menos valoradas contribuciones de un líder es el evitar los problemas, el lugar de corregirlos”. Y con esto no puedo dejar de recordar la anécdota del pescador, la rana y la serpiente que nos enseña cómo nuestras recompensas o refuerzos puede generar comportamientos no deseados (ver la historia en este blog: https://www.efectivida.es/blog/motivacion-pescador-rana-serpiente/).
Así como en los negocios utilizamos indicadores históricos y predictivos (TRAIL & LEAD Indicators), el desempeño de nuestro equipo humano debiera ser medido de ambas maneras.
Un indicador rezagado o histórico (TRAILING) es un valor medible importante de un resultado u objetivo previsto que deseas lograr. Por ejemplo, para aumentar el crecimiento del negocio, las ventas y los ingresos… Reporta eventos pasados: el resultado final. Por ejemplo, ventas totales del mes o ganancia neta o bruta total del mes. Estos resultados han pasado y no hay nada que pueda hacer para cambiarlos, en otras palabras, son historia.
Los indicadores predictivos (LEADING) son las actividades del día a día que conducen al resultado de los “Indicadores históricos” (la meta u objetivo que está tratando de lograr). Estas actividades principales (entrada) impulsan el rendimiento y el éxito de los “indicadores históricos” y predicen resultados futuros.
Te invito a reflexionar con estas preguntas:
- ¿Qué medimos en nuestros colaboradores?
- ¿Cuáles son sus KPIs? ¿Son históricos basados solo en el resultado final o incluyen indicadores predictivos? ¿Cuáles son sus estadísticas de siguiente generación?
- ¿Recompensamos más a quien resuelve problemas que a quien los previene?
- ¿Verificamos el comportamiento y la veracidad de los KPIs como parte de nuestro trabajo estándar de líderes y como parte del ciclo PDCA?
PD (Mayo 1) – Recientemente me encontré con los newsletter del Mister. Aquí te dejo uno muy bueno sobre el fútbol mexicano y una forma de medir quién debiera ganar más… http://elmister.info/liga-mx-quien-merece-un-mejor-salario-o-contrato-segun-la-data/
Antonio, excelente articulo! Para cuando el libro!
Se me hace que con tanta experiencia en la industria y deportes ya sale el libro!